Puerto Natales

La ciudad de Puerto Natales es una pequeña población costera ubicada dentro del fiordo de última esperanza, a orillas del Canal Señoret, y el Golfo Almirante Montt. En la actualidad posee una población aproximada de 23.700 habitantes.

Su fundación oficial fue el 31 de mayo de 1911 y la comuna de Natales comprende un área de 48 974,2 km², lo que la hace el segundo municipio más grande de Chile después de la comuna de la Antártica, e incluso es más grande en superficie que once regiones del país. Su densidad de población es de sólo 0,39 habitantes por kilómetro cuadrado.

Geográficamente la ciudad se encuentra en una intersección de estepa magallánica, matorral xerófito y bosque magallánico deciduo. Sus coordenadas geográficas son: Latitud, 51° 43′ 60S; Longitud, 72° 31′ 0W; y tiene una altitud de solo 3 msnm sobre el nivel del mar. El clima preponderante es templado-frio, con un promedio en veranos de 10° Celsius, destacándose una época de vientos que predominan entre los meses de noviembre a marzo principalmente.

Rodeada de cordones montañosos, sierras y glaciares es el enclave perfecto para visitar las 4 áreas protegidas de la provincia, pero lo más importante como desarrollo turístico y proyección es ser la puerta de entrada al PN Torres del Paine. Esto ha permitido un gran desarrollo económico en la última década.

Durante la primera mitad del siglo XX, la actividad principal fue la ganadería. Que comenzó a disminuir en importancia económica a consecuencia de la Reforma Agraria (1967), aprobada bajo el gobierno de don Eduardo Frei Montalva, cuando se procedió a expropiar las grandes extensiones que ocupaban las estancias de la región.

La gente que perdió su trabajo en esta época, comenzó a trabajar en los Yacimientos carboníferos de la localidad argentina de Río Turbio, distante a tan solo 25 km de la ciudad. Esta época significo un resurgimiento económico que permitió una importante afluencia de personas de otras partes que fueron incrementando la población local paulatinamente.  Sin embargo, la actividad que siempre se ha mantenido es la pesca y la extracción de mariscos.

El turismo comienza a desarrollarse lentamente en la década del 70, aprovechando las bellezas escénicas de sus principales áreas protegidas aledañas (PN Torres del Paine y MN Cueva del Milodon), pero en la última década experimento un importante crecimiento que significo una mejora sustancial en la infraestructura necesaria para poder destacarse como destino turístico emergente.  Hoy en día la ciudad tiene gran relevancia en la zona y presta servicios diferenciados para todas las necesidades y demandas, con estándares muy altos y niveles de servicio de gran calidad, como hay en otros destinos de importancia a nivel mundial.

La ciudad se encuentra distante a 150 km del PN Torres del Paine y posee toda una infraestructura desarrollada para el turismo, aeropuerto, puertos, estación de buses de cercanías, regionales e internacionales, gran variedad de alojamientos, restaurantes, bares, comercios, casas de cambio, agencias de viajes y servicios complementarios de turismo.

Tiene gran conectividad y esta se puede dar por tierra con argentina a través de los pasos fronterizos de casas viejas, Dorotea y Rio don Guillermo, aérea con un aeropuerto pequeño que puede recibir aviones de mediano y gran porte, marítima conectada una vez semanal con Puerto Montt por la empresa Navimag y también semanalmente se conecta con Caleta Tortel y Yungay, final de la carretera austral. 

Gracias a la conexión marítima lograda en el 2018, con la ciudad de Caleta tortel, se puede acceder a través de los fiordos con la carretera austral, nueva zona de interés turístico que estaba latente y esperando infraestructuras nuevas que permitan desarrollar el turismo a una escala mayor.

Estas conexiones marítimas permiten continuar por tierra hacia el norte, en territorio continental y conectar con los principales destinos turísticos de la zona norte patagónica (Puerto Montt, Chiloé, Valdivia, Villarrica y Pucón, como los más destacados).

Hay dos factores importantes que resaltar para entender la importancia y potencial turístico de la zona, la primera es la percepción icónica de uno de los principales parques del país y la segunda es que se ha formado un circuito casi obligatorio de visita de la Patagonia sur, con un recorrido que puede ir de norte a sur o viceversa, entre ciudades como Ushuaia, Punta Arenas, Puerto Williams. Puerto Natales, El Calafate y El Chaltén.

Una vez visitada esta zona el viajero puede optar por dirigirse al norte de la Patagonia, por argentina directamente a Bariloche o El Bolsón para seguir su recorrido o en el sector chileno, volar directamente a Puerto Montt y desde ahí visitar Chiloé y zonas aledañas.

Historia

El seno de Última Esperanza, originalmente habitado por tribus kawéskar y aonikenk, fue recorrido en 1557 por el navegante Juan Ladrilleros en búsqueda de una ruta al Estrecho de Magallanes (Arriagada, R. 2004).

Pasaron tres siglos desde el descubrimiento de Ladrillero antes que se incursionara nuevamente en la zona de Ultima Esperanza. Hacia 1830, la expedición de la fragata «Beagle», enviada por el almirantazgo británico, explora todo el sector descubierto por Ladrillero. Los nombres de algunos integrantes de esa expedición son hoy familiares en la zona: Robert Fitz Roy, William Skyring, James Kirke. Hacia 1870, nuevamente renace el interés por las tierras de Ultima Esperanza. Entre los osados viajeros que se aventuraron por esos desolados territorios destaca Santiago Zamora, quien pasó a la historia como el Baqueano Zamora y a quien se le debe el descubrimiento de la región lacustre del Paine y de grandes manadas de caballos salvajes o baguales (Martinic, M. 2000)

Años más tarde la zona de Última Esperanza fue recorrida por don Tomás Rogers en 1877, expedición con fines científicos. Años más tarde, el gobierno comisionó al capitán de fragata Ramón Serrano Montaner para penetrar más profundamente en los territorios descubiertos por Ladrillero y ratificados tanto por los baqueanos como por la expedición de Rogers. Serrano inició su exploración en 1889, descubriendo los lagos que bautizó como Balmaceda y Pinto. En su viaje alcanzó hasta el lago Toro y descubrió su desagüe en un gran río que más tarde se llamaría, en su honor, río Serrano. En 1892, las noticias sobre la calidad y cantidad de los territorios ubicados al norte de Punta Arenas comenzaron a interesar a personas que deseaban explotarlos. Finalizadas las expediciones de reconocimiento, un ex capitán de la marina mercante alemana, Hermann Eberhard, decide establecerse en esta zona y solicita permiso para adentrarse en el sector de Ultima Esperanza. Tras haber sido otorgado el permiso por Don Manuel Señoret, gobernador del Territorio de Magallanes, en el año 1893 comienza la colonización de la provincia. A Eberhard se sumaron Stubenrauch, Kark, Carpenter, Tweedie, Otten y muchos otros colonos ingleses y alemanes principalmente. Así nacen Puerto Consuelo, Puerto Cóndor y Puerto Bories este último a 5 km al noroeste de Puerto Natales (Martinic, M. 2000).